Nuestra civilización, basada en el pensamiento europeo ilustrado, exige hoy una fragmentación y diversificación. La globalización fue un proceso de colonización tecnológica y de sincronización que hizo converger diferentes temporalidades históricas en un único eje definido por la secuencia Premodernidad-Modernidad-Posmodernidad-Apocalipsis. En estas páginas Hui analiza la modernización hiperrápida de China como un caso paradigmático de colonización tecnológica, a partir del cual el razonamiento analítico eclipsó otras formas de conocimiento intuitivo capaces de penetrar más allá de los fenómenos y unificar los órdenes cósmico y moral.