-Toda la aventura de la poesía llamada -moderna-, desde el último Mallarmé, es un viaje hacia el encuentro: un viaje desesperado, un viaje del poeta que tienta el azar, la nada y el caos en desproporcionada desigualdad de fuerzas, hacia la enunciación victoriosa: el encuentro del sonido y el silencio, de la letra y la música, finalmente, del cuerpo presente y el cuerpo ausente, rodeados ambos de azarosas geografías. Entrópicos propone este viaje extremo partiendo también de la -navegación solitaria de la idea- de un yo extrañado, enunciativo, pero desposeído de su otro, fascinado por él, por su ausencia y su otredad misma.- Óscar Torres Duque