En esta obra se dan cita diferentes investigadores en derecho y abogados (la mayoría jóvenes expertos y otros ya consagrados) que ofrecen al lector su visión, teórica y práctica, sobre materias de rigurosa actualidad relacionadas con la investigación y el proceso penal del siglo XXI. En todos los sectores se están produciendo cambios motivados por la evolución (o, mejor dicho, revolución) tecnológica. El uso de Internet ha favorecido la aparición de nuevas categorías delictuales o ciberdelictuales, destacando, por ejemplo, los delitos en los que intervienen criptomonedas, las estafas informáticas, el terrorismo online o el acoso sexual, sobre todo, de menores. Estos y otros nuevos delitos, además de programas de compliance y la práctica de la ciberseguridad en las empresas, propiciaron una importante reforma de la LECrim de 2015 para introducir las llamadas medidas de investigación tecnológica. Es innegable que estas medidas son efectivas para la investigación criminal, pero, al mismo tiempo, invaden la esfera de determinados derechos fundamentales como al secreto de las comunicaciones, a la intimidad o a la propia imagen. Y, por supuesto, el derecho a la protección de datos personales. Nuevas tendencias aparecen, también, con el tratamiento de la prueba electrónica en el proceso penal. Desde la aportación de WhatsApp hasta algo más sorprendente como puede ser el uso de altavoces inteligentes para determinar la persona culpable. Y por no hablar de la incidencia y aplicación de la Inteligencia Artificial, los algoritmos o la block-chain en la Administración de Justicia y en el proceso judicial con evidente contraste de luces y sombras. La presente obra acoge a un importante elenco de autores y trata todas y cada una de estas cuestiones, incluido el acceso transfronterizo a datos y pruebas y el rol de las empresas tecnológicas en la investigación. Nace, además, con la aspiración de ser un referente para estudiosos y prácticos del derecho y con la gran ilusión de segu