Me vi sometida y encorvada por el mal que a todos nos amenaza, que a todos atormenta, que excluye y no permite que, como mujer, salga de la oscuridad y de la encorvadura que causa el desprecio, el rechazo, la pobreza, la violencia; pero, Señor, me miraste con misericordia y ternura, y me tocaste reconstruyendo mi cuerpo encorvado. Me devolviste la vida, la seguridad, la salud y, sobre todo, la dignidad como mujer, al sanar y curar mi cuerpo desde dentro para que pudiera tomar la decisión de no volver a encorvarme y ser alguien en la sociedad. Este libro resume momentos extraordinarios y dolorosos de mujeres que han narrado su historia e iniciaron un camino de tarnsformación en un solo relato, condensado en Ester, potagonista del texto, de la cual surge entre líneas el nombre de mi madre, a quien he dedicado este libro, por su fortaleza y fe que le han permitido ser ella. Muchas de las claves de mi vida interior las aprendí de las mujeres y de ella, Ester. Sea entonces el momento más propicio para enunciar este aprendizaje con elementos del pasado y del futuro. En fin, aprendizajes y narrativas que merecen ser contadas.