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Memoria y haiku

Memoria y haiku

  • Varios autores
  • Año de edición 2022
USD $ 24,96

Memoria y haiku es una antología que reúne los mejores haikus de los siglos XVII al XX. Una exclusiva selección de composiciones de grandes maestros del haiku de todos los tiempos, organizada en torno a las ilustraciones de Pep Carrió para configurar una experiencia estética única. Memoria y haiku plantea un itinerario contemplativo de la mano de Matsuo Bashō, Natsume Sōseki, Masaoka Shiki, Kobayashi Issa, Kyoshi Takahama, Kakio Tomizawa, Ryūnosuke Akutagawa, Hōsai Ozaki y Santōka Taneda, entre otros.

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Memoria y haiku es una antología que reúne los mejores haikus de los siglos XVII al XX. Una exclusiva selección de composiciones de grandes maestros del haiku de todos los tiempos, organizada en torno a las ilustraciones de Pep Carrió para configurar una experiencia estética única. Memoria y haiku plantea un itinerario contemplativo de la mano de Matsuo Bashō, Natsume Sōseki, Masaoka Shiki, Kobayashi Issa, Kyoshi Takahama, Kakio Tomizawa, Ryūnosuke Akutagawa, Hōsai Ozaki y Santōka Taneda, entre otros.
  • Formato
    Impreso
  • Estado
    Nuevo
  • Isbn
    978-84-19320-08-7
  • Peso
    0.36 kg.
  • Tamaño
    16 x 21 cm.
  • Número de páginas
    92
  • Año de edición
    2022
  • Edición
    1
  • Encuadernación
    Lujo
  • Referencia
    NDI10416
  • Código de barras
    9788419320087
Natsume Soseki

Natsume Soseki

Autor

Natsume Sōseki, seudónimo literario de Natsume Kinnosuke, nació en 1867 cerca de Edo (la actual Tokio). Descendiente de una familia de samuráis venida a menos, fue el menor de seis hermanos. Cuando tenía dos años, sus padres lo entregaron en adopción a uno de sus sirvientes y a su mujer, con quienes viviría hasta los nueve años. En 1884, instado por su familia, se matricula en la Universidad Imperial de Tokio para cursar Arquitectura, aunque acaba estudiando Lengua Inglesa. En 1886 traba amistad con el poeta Masaoka Shiki, que le inicia en el arte de la composición de haikus. Será entonces cuando adopte el nom de plume de Sōseki (que en chino significa «terco»). Tras graduarse en 1893, Sōseki empieza a trabajar como profesor en la Escuela Normal de Tokio, pero pronto, en 1895, es destinado a la lejana Escuela Secundaria de Matsuyama, en la isla de Shikoku. Parte de sus experiencias en esta remota escuela rural serán recogidas en su novela Botchan, que publicará en 1906. Apenas un año después de haber llegado a Matsuyama, dimite de su puesto y comienza a enseñar en un instituto de la ciudad de Kumamoto, en donde conocerá a su mujer. En 1900 se le concede a Sōseki una exigua beca del gobierno japonés y se le envía a Inglaterra. En este país pasará los años más tristes de su vida, leyendo libros sin parar, deambulando por las calles y pasando miserias sin cuento. Parte de sus sombrías reflexiones sobre la vida inglesa serán publicadas años después en el diario japonés Asahi. Regresa a Japón en 1902, con un contrato para enseñar en la Universidad Imperial de Tokio, donde sucederá al escritor Lafcadio Hearn como profesor de Literatura Inglesa. La carrera literaria de Sōseki se abre propiamente en 1903, cuando comienza a publicar haikus y pequeñas piezas literarias en revistas como Hototogisu. Pero la fama le llegará con la publicación en 1905 de Soy un gato (Impedimenta, 2010). En 1906 aparecerá Botchan (publicada por Impedimenta y galardonada con el Premi Llibreter 2008), que le catapulta al éxito y que se convierte automáticamente en un best-seller y en una de las novelas más leídas por los japoneses durante décadas. Sōseki escribió catorce novelas a lo largo de su vida, culminando en Kokoro, su obra maestra, publicada en 1914. Sanshiro (1908, publicada por Impedimenta en 2009) está considerada la novela puente entre sus dos obras capitales, y forma parte de una trilogía que se completa con Daisuke (1909, Impedimenta, 2011) y La puerta (1910, Impedimenta, 2012). Natsume Sōseki murió en Tokio en 1916 a los 49 años de edad a causa de una úlcera de estómago. En 1984, y en homenaje a su fama y trascendencia, el gobierno japonés decidió poner su efigie en los billetes de mil yenes.