Lorenzo acababa de mudarse a Riorrevuelto, un pueblo más delLejano Oeste. Era su tercera mudanza. Sabía que debía afrontarlo mismo de siempre: casa nueva, amigos nuevos, colegio nuevo.Estaba un poco molesto cuando de pronto la vio y el mundo pareciódetenerse. Rocío era su nombre. Tropezó en un torpe intento porimpresionarla y las carcajadas burlonas de Cara Sucia Riskin, elbravucón del pueblo, se hicieron oír. Para recuperar un poco sudignidad, Lorenzo lo increpó... Y fue en ese preciso momentocuando escuchó las palabras que signarían su destino: El sábado,a las doce en punto.Y aunque no sabía bien lo que pasaba, estaba seguro de que sehabía metido en problemas. Pero no debía preocuparse, ya quesu nuevo amigo Pluma Amarilla y la mismísima Rocío estabandispuestos a entrenarlo para el duelo, incluso luego de descubrirla pésima puntería que tenía Lorenzo... Una historia de amor,amistad y también un poco de coraje.