En el ramaje del árboldonde los días y las noches son un constante intercambio de lugar donde las hojas y la hojarascaencuentran plazos efímeros entre las estacionesque a veces dan vidaotras veces hacen que el mismo tronco ceda.Lo que he escrito lo escribí capturado en el estado envidiableentre el calor que no se puede soportar y el frío del que nadie sale con vida, aquí está toda la alegríay no hay alegría alguna.En la respiración agitada del gran ramaje,donde la vida a pesar de todo hasta ahora ha sido posible, donde tú y yo intercambiamos lugaren la noche desasosegada.Añoramos lo permanente pero no sabemos qué es.