A pesar de las reflexiones filosóficas y sentimentales con que tejió Kraus sus ensayos anteriores, no trascendió el sentido de estos objetos como consigue hacer ahora en -Apología de las cosas-, en la cual el enfoque de su mira, las cosas, es tan amplio que el recorrido que hace por sus implicaciones y significados, subjetivos y objetivos, desborda todo límite, cruza la frontera de lo concreto y logra la abstracción. Por su lado, el artista visual Vicente Rojo, que acompañó con imágenes a Kraus en las otras dos apologías, parte de la concreción de una serie de cosas, de un tubo de pintura agotado a unas tijeras para hacer abstracción de un autoretrato hecho con cosas.