Los museos han experimentado profundos cambios en los últimos años que han afectado tanto a sus organigramas como a sus relaciones con el público, modificando muy sustancialmente sus sistemas de gestión. La consideración de los museos como espacios adecuados para el ocio familiar de calidad, su percepción como uno de los atractivos principales que se ofrece al turismo cultural y su posicionamiento como estructuras básicas en los procesos de aprendizaje, han hecho imprescindible la creación de departamentos de comunicación y difusión que incorporan los instrumentos del marketing y las relaciones públicas.