Esta obra tiene el propósito de trazar los fundamentos de la teoría de la ilicitud penal, a partir de una consideración de garantía a la persona humana frente a la actuación intervencionista del Estado. Con ello, se busca apartarse de las concepciones tradicionales acerca de la teoría del delito, como las teorías causalista, finalista, social y funcionalista, para discutir su ámbito de validez bajo el presupuesto de un orden libre y democrático, y no como simples desdoblamientos de un concepto de conducta o de sistema.