Daniel Rafecas construye un relato conciso y explicativo a la vez, sostenido en una hipótesis contundente, aunque no obvia: al holocausto judío no se llegó sólo por el voluntarismo de un puñado de fanáticos antisemitas encabezados por Adolf Hitler, sino a partir de la superación, en forma sucesiva, de una serie de etapas, en cuyo devenir se radicalizaron las decisiones criminales sobre la cuestión judía. Esas decisiones fueron paulatinamente procesadas y racionalizadas por decenas de miles de funcionarios involucrados en el proceso de destrucción.