Alfonso María de Ligorio fue una de las personalidades de la Iglesia que se ha ocupado ejemplarmente del tema de la misericordia, ya que no solo lo ha enseñado y predicado, sino que sobre todo lo ha vivido e interpretado con su vida. Puesto que él mismo se sentía objeto del don sobreabundante de la misericordia de Dios, llegó a ser misionero de la misericordia y, según el modelo de Jesús, ayudó a muchas personas interiormente heridas, ya sea con palabras y acciones de bondad, con una mirada de benevolencia o una escucha atenta. Vivió como el buen pastor del evangelio, que deja a las noventa y nueve ovejas para buscar a la que se ha perdido o extraviado.