"Nunca imaginé cómo las agresiones sexuales cometidas contra un niño podían también destruir su vida adulta. Estaba choqueado por el escándalo de tales crímenes, sobre todo cuando estos son perpetrados por hombres de Iglesia. Lo dejé así hasta que de repente recordé lo que me había hecho un cura en mi infancia. Había estado encerrado en la negación durante casi cuarenta años. Como presenté una denuncia y había finalmente hablado, creí que podría sanar, pero todo se desmoronaba. En los escombros de mi historia, surgió una pregunta persistente: por mi parte ¿cómo pude elegir ser sacerdote?" Estas son algunas de las profundas reflexiones que Patrick C. Goujon comparte con sinceridad y extrema delicadeza en este libro testimonial, que da cuenta del largo y farragoso camino que se recorre tras una experiencia traumática. Está el dolor de ese niño que fue y aquel del hombre que no logra procesar sus heridas mientras no hable, mientras no le dé existencia a lo que ha permanecido oculto. Y está el duro encuentro con la realidad, con los sistemas de justicias, con las demás personas que supieron y no dijeron ni hicieron nada; con el largo tiempo que por sí solo no trae consuelo ni olvido.