Este apasionante libro busca el encuentro entre el Evangelio de Jesucristo y la sabiduría oriental, realizando un paralelo entre el pensamiento evangélico y los sistemas taoísta y confuciano de la China antigua. Según el autor, el modelo de hombre “justo” propuesto por Jesús coincide de un modo sorprendente con los modelos humanos sugeridos por Lao Tse y Confucio. El libro también plantea que las enseñanzas presentes en estos milenarios textos orientales no son más que una reformulación de la sabiduría de los príncipes tribales de la China prehistórica.