"Novela con fantasma": título curioso, genérico, que, además de enunciar el "tema" de la novela, pone de manifiesto su extrañeza. Y es que, en efecto, las novelas y los cuentos de fantasmas, las consejas de aparecidos, las fábulas con ánimas errantes y, en general, todo ese vasto y gelatinoso mundo de ultratumba, después de su extraordinario auge en el siglo XIX y en la literatura romántica, perdió paulatinamente sustancia y se reugió en charlas de entremesa y en convesaciones nocturnas. Rescatando y remozando el género, Darío Jaramillo Agudelo no sóo consigue vindicar una fecunda tradición colombiana, sino agrupar en una prosa de extraordinaria fluidez y exactitud, en un relato concebido como un mecanismo de relojería, aficiones tan contemporáneas como la música, el secuestro, las computadoras y- ¿quién lo creyera en una lista como ésa?- el sexo.