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Cualquier línea que escriba tiene la savia del árbol. Ya lo dijo Aurelio Arturo: "Cada hoja, una sílaba". Las raíces, troncos, ramas, flores, frutos y semillas? nuestra vida toda se parece al árbol. Ellos son padres, madres, alimento, sombra. Somos como los árboles en un constante ciclo de nacer, crecer, florecer y morir. Unos no renacemos. Otros no florecemos. Todos morimos. Y al marcharnos nos entierran en un ataúd de madera, para que no quede duda de su generosidad y cobijo de principio a fin. Estos poemas son un reconocimiento no solo a los árboles, sino también a todas las voces que los han exaltado. Liliana Isabel Velásquez H.
Cualquier línea que escriba tiene la savia del árbol. Ya lo dijo Aurelio Arturo: "Cada hoja, una sílaba". Las raíces, troncos, ramas, flores, frutos y semillas? nuestra vida toda se parece al árbol. Ellos son padres, madres, alimento, sombra. Somos como los árboles en un constante ciclo de nacer, crecer, florecer y morir. Unos no renacemos. Otros no florecemos. Todos morimos. Y al marcharnos nos entierran en un ataúd de madera, para que no quede duda de su generosidad y cobijo de principio a fin. Estos poemas son un reconocimiento no solo a los árboles, sino también a todas las voces que los han exaltado. Liliana Isabel Velásquez H.
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FormatoImpreso
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EstadoNuevo
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Isbn978-958-501-057-4
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Peso0.12 kg.
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Tamaño12 x 19 cm.
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Número de páginas110
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Año de edición2021
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Edición1
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EncuadernaciónRústica
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ReferenciaUDE10186
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Colección
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Código de barras9789585010574