Una vez despertado nuestro interés y casi superada esa especie de vértigo que producen las gigantescas cifras de tamaños, distancias y otras maravillas que proporciona la astronomía, nuestra capacidad de asombro se prepara para recibir otra dosis de información, no menos espectacular, a base de las ingeniosas explicaciones que ofrecen los cosmólogos para acoplar todos esos datos y dilucidar el origen, evolución y futuro probable de ese inmenso conjunto.