Argentina se sumía en una disgregación y Bragado seguía al compás lo que sucedía en el orden nacional. Primero el viejo partido radical se había partido en dos, del Pueblo e Intransigente y este nuevamente una parte conservando esa denominación y la aparición pública del Movimiento de Integración y Desarrollo. Estos dos de distinto modo terminaron adhiriendo al Movimiento Justicialista. Y el Movimiento Justicialista estaba lleno de conflictos por su propia configuración movimientista, En él convivían la extrema derecha con la izquierda más violenta. Bragado repetía esta imagen nacional. Los grupos de Firmenich y López Rega asesinaban en nombre de Perón y luego se fue generalizando hasta convertirse en una guerra despiadada con la intervención masiva del Estado. El uso de armas de fuego se generalizó y la desaparición de personas en un gobierno legalmente constituido pareció normal que con la llegada de la tiranía se aumentó exponencialmente. Bragado eligió intendente a un hombre sencillo Osvaldo Ireneo Oliveros, sindicalista y de derecha. La izquierda nunca perdonó esta elección y desde el primer momento conspiraron contra Oliveros. Solo el tino de Jorge Calvo mantuvo mucho tiempo la calma relativa. Pero la relación entre el Concejo y un buen intendente como ha comprobado la historia fue siempre tirante. La compra del terreno para la instalación de un parque industrial tal vez sea lo más significativo, pero el embellecimiento de la Laguna Municipal mediante playas y juegos fue muy importante. La caída del gobierno constitucional de María Estela Martínez significó un gran paso atrás y el comienzo de una tiranía despiadada.