En primera persona la autora cuenta su experiencia al transitar la maternidad de su hijo León, quien fue diagnosticado de parálisis cerebral a sus siete meses, realidad que viven muchas familias y que tal vez no pueden poner en palabras, lo que implica recorrer esta aventura, llena de luces y sombras. En la obra puede verse reflejado ese vínculo de amor eterno y mágico que construyó con su hijo León, la confianza puesta en él, el respeto por sus tiempos y la búsqueda de su felicidad por encima de todo. Por medio de su relato pretende llegar a aquellas familias que recorren este camino, sin ser ejemplo de nada, sino más bien buscando que puedan sentirse identificados, sabiendo que no están solos. Al mismo tiempo, la intención también es poder llegar a los que no le ha tocado este viaje (aunque nadie está exento), buscando visibilizar, abrir caminos, generar conciencia en pos de un futuro donde se logre la convivencia sin exclusiones. León vino a enseñarle de qué se trata la vida en realidad y ella pretende que ese aprendizaje le llegue a muchos, a quien le sirva…