Este libro versa sobre damas que tuvieron un papel preponderante en el desarrollo de las artes. En vano podemos buscar la intervención femenina en la creación artística, pues históricamente no era un oficio –las artes visuales no formaban parte de las Arte Liberales– propio de mujeres. No obstante, han ejercido un patronazgo que la historiografía ha supuesto a sus esposos, cuando ellos estaban dedicados a otras funciones, políticas o militares, mientras que las mujeres permanecían en casa procurando aumentar la magnificencia de su familia, y para ello promocionaron las artes. Este aspecto es el que se quiere destacar en esta publicación que lleva un subtítulo esclarecedor: Señoras del poder, pues sin esas damas poderosas las artes no habrían sido lo mismo.