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El banquete

  • Año de edición 2011
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El eros no es lo deseado sino lo que desea. El eros desea la felicidad. Y la felicidad se alcanza solo mediante la posesión de lo bueno. Maneras de poseer lo bueno hay muchas y muy diversas. ¿Qué es, entonces, lo que diferencia a la manera erótica? El eros es el deseo de poseer lo bueno a través de lo bello. Pero la mediación de lo bello para la posesión de lo bueno acontece también de diversas maneras, y entonces la pregunta vuelve. Si pensamos que la felicidad entraña de suyo la posesión permanente de lo bueno, podemos percatarnos de la clase de relación con lo bello que caracteriza al eros y solo a él, porque por esa vía nos vemos enfrentados a la cuestión de cómo conciliar la permanencia y la mortalidad en el ser humano. A diferencia de los dioses, cuya mismidad es siempre identidad, el mortal humano es el mismo solo por semejanza y entonces lo imposible para él ―la inmortalidad y la eternidad― le es posible únicamente reemplazando un ser por otro, una cosa por otra. De este modo arribamos a la conclusión de que el eros es el deseo de procrear en lo bello para poseer siempre lo bueno y ser entonces feliz. Jorge Mejía Toro


El eros no es lo deseado sino lo que desea. El eros desea la felicidad. Y la felicidad se alcanza solo mediante la posesión de lo bueno. Maneras de poseer lo bueno hay muchas y muy diversas. ¿Qué es, entonces, lo que diferencia a la manera erótica? El eros es el deseo de poseer lo bueno a través de lo bello. Pero la mediación de lo bello para la posesión de lo bueno acontece también de diversas maneras, y entonces la pregunta vuelve. Si pensamos que la felicidad entraña de suyo la posesión permanente de lo bueno, podemos percatarnos de la clase de relación con lo bello que caracteriza al eros y solo a él, porque por esa vía nos vemos enfrentados a la cuestión de cómo conciliar la permanencia y la mortalidad en el ser humano. A diferencia de los dioses, cuya mismidad es siempre identidad, el mortal humano es el mismo solo por semejanza y entonces lo imposible para él ―la inmortalidad y la eternidad― le es posible únicamente reemplazando un ser por otro, una cosa por otra. De este modo arribamos a la conclusión de que el eros es el deseo de procrear en lo bello para poseer siempre lo bueno y ser entonces feliz. Jorge Mejía Toro
  • Formato
    Impreso
  • Estado
    Nuevo
  • Isbn
    978-958-714-489-5
  • Peso
    0.18 kg.
  • Tamaño
    11 x 17 cm.
  • Número de páginas
    318
  • Año de edición
    2011
  • Edición
    1
  • Encuadernación
    Rústica
  • Referencia
    UDE10333
  • Colección
  • Código de barras
    9789587144895

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