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Dirección espiritual y meditación

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También queremos poner de relieve que, como la gracia supone la naturaleza, obtendremos el mayor provecho de la dirección espiritual si se nos anima a desarrollar nuestra sencillez natural, nuestra sinceridad y franca honradez espiritual, en una palabra, a ''ser nosotros mismos'' en el mejor sentido de la expresión. De este modo, un uso sano y frecuente de este importante medio de perfección ayudará a los cristianos a mantener un contacto vital con la realidad de su vocación y de su vida, en lugar de perderse en un laberinto de ficciones abstractas y devotas. - Tomado del Prólogo -Estas palabras, publicadas por primera vez en 1959, gozan de plena actualidad porque, como el resto de la presente obra, son fruto de casi dos décadas de experiencia de vida monástica y de dirección espiritual, en la doble vertiente de dirigido y de director.En mayo de 1951 encomendaron a Merton la formación de los monjes que se preparaban para los votos solemnes y la ordenación. Esta misión le dio una perspectiva nueva sobre la dirección espiritual, como expresa en una entrada de su diario escrita en febrero de 1953: La dirección es a veces una experiencia de reconocimiento: ellos reconocen algo nuevo en su persona y yo en la mía, pues Dios se reconoce en nosotros.Thomas Merton, (1915-1968), doctor por la Universidad de Columbia, se convirtió al catolicismo en 1938. En 1941 ingresó en el monasterio trapense de Nuestra Señora de Getsemaní, en Kentucky, y fue ordenado sacerdote en 1949.


También queremos poner de relieve que, como la gracia supone la naturaleza, obtendremos el mayor provecho de la dirección espiritual si se nos anima a desarrollar nuestra sencillez natural, nuestra sinceridad y franca honradez espiritual, en una palabra, a ''ser nosotros mismos'' en el mejor sentido de la expresión. De este modo, un uso sano y frecuente de este importante medio de perfección ayudará a los cristianos a mantener un contacto vital con la realidad de su vocación y de su vida, en lugar de perderse en un laberinto de ficciones abstractas y devotas. - Tomado del Prólogo -Estas palabras, publicadas por primera vez en 1959, gozan de plena actualidad porque, como el resto de la presente obra, son fruto de casi dos décadas de experiencia de vida monástica y de dirección espiritual, en la doble vertiente de dirigido y de director.En mayo de 1951 encomendaron a Merton la formación de los monjes que se preparaban para los votos solemnes y la ordenación. Esta misión le dio una perspectiva nueva sobre la dirección espiritual, como expresa en una entrada de su diario escrita en febrero de 1953: La dirección es a veces una experiencia de reconocimiento: ellos reconocen algo nuevo en su persona y yo en la mía, pues Dios se reconoce en nosotros.Thomas Merton, (1915-1968), doctor por la Universidad de Columbia, se convirtió al catolicismo en 1938. En 1941 ingresó en el monasterio trapense de Nuestra Señora de Getsemaní, en Kentucky, y fue ordenado sacerdote en 1949.
  • Isbn
    9788433019394
  • Peso
    0.14 kg.
  • Tamaño
    13 x 21 cm.
  • Número de páginas
    116
  • Idioma
    Español
  • Referencia
    POD18179
Thomas Merton

Thomas Merton

Autor

Contemplativo de la abadía de Getsemaní en Kentucky (Estados Unidos), compaginó su vida como monje trapense con su actividad de escritor y poeta, retirándose a los bosques del monasterio para entregarse a su verdadera pasión: la escritura. El gran móvil de todo su planteamiento ontológico y religioso fue precisamente su aspiración a la Palabra. A través de ella proyecta, orienta y administra su propia imagen literaria y humana a lo largo de una prolífica y controvertida obra que refleja sus inquietudes más hondas, su tremenda insatisfacción ante una época en la que veía surgir llamadas de socorro por todas partes, lo que le llevaría a vincularse a los movimientos pacifistas. Fascinado por los maestros zen y taoístas, los lamas tibetanos le llegaron a calificar de «Buda de Occidente», que, en su viaje a Asia, descubre y anuncia que «todo es vacío y todo es compasión». La muerte le sorprenderá accidentalmente en la ciudad de Bangkok.

Entre sus obras traducidas al español se encuentran La montaña de los siete círculos, Pensamientos en la soledad, El zen y los pájaros del deseo, y publicadas en esta misma Editorial: Diario de Asia (2000), Correspondencia (1959-1968) entre Thomas Merton y Ernesto Cardenal (2003), Oh, corazón ardiente. Poemas de amor y de disidencia (2015), antología bilingüe al cuidado de Sonia Petisco, y El camino del Chuang Tzu (2020).