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Queremos sonreír. Activar...

Queremos sonreír. Activar la cultura local

  • Año de edición 2019
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El 8 de mayo de 2018, un grupo de vecinos del barrio de Saint-Barthélémy, en la ciudad de Marsella, se concentra frente a las instalaciones de un local de McDonald’s. La protesta no clama, como cabría imaginar, contra el modelo imperialista de consumo masivo o el desequilibrio nutricional del fast food. La gente se manifiesta por el cierre del restaurante y la orfandad en que su desmantelamiento deja al barrio. Porque sin darse cuenta, los habitantes del distrito han convertido los escasos metros del local en el centro social y cultural de la zona; un lugar de reunión en un gueto desamparado por las autoridades locales. Si la excentricidad de la anécdota ya hace replantearse muchos de los preceptos que comúnmente asociamos a un establecimiento de estas características, la historia de la inusual protesta es también una invitación para cuestionar las nociones contemporáneas de la gestión cultural: ¿se manifestaría un grupo de vecinos y vecinas a favor de alguno de nuestros proyectos? O mejor aún: ¿qué hace que un proyecto cultural diseñado desde la administración no consiga vertebrar el tejido local y, en cambio, un espacio ajeno a toda pauta de dinamización logre por sí solo construir y fomentar la comunidad? El camino para resolver dichas preguntas está guiado por las voces de una decena de agentes culturales, recogidas a lo largo de estas páginas. Colectivos, activistas, artistas y gestores que están generando acciones a favor de la activación de la cultura local. Iniciativas que trabajan para empoderar a la ciudadanía, dinamizar procesos de aprendizaje y pensamiento crítico y, en general, ofrecer alternativas para el acceso al capital cultural.


El 8 de mayo de 2018, un grupo de vecinos del barrio de Saint-Barthélémy, en la ciudad de Marsella, se concentra frente a las instalaciones de un local de McDonald’s. La protesta no clama, como cabría imaginar, contra el modelo imperialista de consumo masivo o el desequilibrio nutricional del fast food. La gente se manifiesta por el cierre del restaurante y la orfandad en que su desmantelamiento deja al barrio. Porque sin darse cuenta, los habitantes del distrito han convertido los escasos metros del local en el centro social y cultural de la zona; un lugar de reunión en un gueto desamparado por las autoridades locales. Si la excentricidad de la anécdota ya hace replantearse muchos de los preceptos que comúnmente asociamos a un establecimiento de estas características, la historia de la inusual protesta es también una invitación para cuestionar las nociones contemporáneas de la gestión cultural: ¿se manifestaría un grupo de vecinos y vecinas a favor de alguno de nuestros proyectos? O mejor aún: ¿qué hace que un proyecto cultural diseñado desde la administración no consiga vertebrar el tejido local y, en cambio, un espacio ajeno a toda pauta de dinamización logre por sí solo construir y fomentar la comunidad? El camino para resolver dichas preguntas está guiado por las voces de una decena de agentes culturales, recogidas a lo largo de estas páginas. Colectivos, activistas, artistas y gestores que están generando acciones a favor de la activación de la cultura local. Iniciativas que trabajan para empoderar a la ciudadanía, dinamizar procesos de aprendizaje y pensamiento crítico y, en general, ofrecer alternativas para el acceso al capital cultural.
  • Isbn
    978-84-16737-76-5
  • Peso
    1.20 kg.
  • Tamaño
    17 x 27 cm.
  • Número de páginas
    392
  • Año de edición
    2019
  • Edición
    1
  • Encuadernación
    Rústica
  • Referencia
    NED10196
  • Colección
  • Código de barras
    9788416737765