Siempre comprometido con los problemas de la sociedad actual, las obras de Fermín Cabal combinan una innovadora estructura dramatúrgica con un realismo teñido de humor corrosivo. Caballito del Diablo es una buena muestra de su estilo: una narración dislocada, compuesta de multitud de escenas sin orden cronológico, que tratan de reflejar la manera en que percibe la existencia un grupo de jóvenes unidos por la experiencia de la adicción a la heroína. Blanca, treintañera deprimida, descubre en los amigos de su cuñada Teresa nuevos estímulos para vivir. Y lo hará a fondo.