«Cuando tenía unos ocho o nueve años comprendí que yo era una mujer y que eso significaba pertenecer al grupo desfavorecido de la humanidad. Me sorprendió. No podía entender por qué. ¿Por qué a mí se me exigían determinadas tareas y a mis hermanos no? […] Así comenzó el conflicto con mi madre, que era la encargada de señalarme muchas de las limitaciones que me correspondían como mujer». ¿Qué nos han transmitido nuestras madres para que nos convirtamos en mujeres? Hay unos mandatos culturales, unas férreas normas sociales que son la base de la vida colectiva y han dominado la vida de las mujeres durante milenios. También se dan en la actualidad, aunque de otra manera. Pero ¿somos conscientes de cuáles son estos modelos y mandatos sociales –mensajes, imposiciones, exigencias, temores– que las madres transmiten y que, como mujeres e hijas, nos condicionan y nos obligan, hasta cierto punto, a actuar como lo hacemos? Partiendo de la experiencia vivida, la reconocida socióloga Marina Subirats analiza, en este ensayo tan personal, el vínculo entre madre e hija; reflexiona sobre la transmisión de la feminidad en la sociedad del pasado y del presente, y nos presenta, asimismo, una proyección de futuro. Una aportación oportuna sobre el peso y la huella de la madre en la configuración de la feminidad y sobre la condición de la mujer, que amplía y enriquece el marco de reflexión habitual en nuestra sociedad.