En muy pocas ocasiones un número tan significativo de investigadores y profesionales de la educación de todas las tendencias ha coincidido en establecer un mismo diagnóstico ante los acelerados cambios que nos propone el siglo que iniciamos: el objetivo prioritario debe ser enseñar al alumnado a aprender de manera autónoma a través de la adquisición de estrategias de aprendizaje. El problema surge cuando, más allá de convincentes planteamientos teóricos, aparece la necesidad de orientar al profesorado, especialmente de enseñanza secundaria, sobre cómo puede introducir la enseñanza de estrategias de aprendizaje en sus programaciones. Esta obra realiza una aportación decidida (e inédita) en este sentido, presentado y analizando un conjunto representativo de “unidades de enseñanza estratégica” en las principales áreas del currículum. Las autores y los autores de este libro ofrecen un testimonio difícilmente rebatible, a través de algunas de sus propias prácticas en el aula, de que es posible enseñar a pensar a la vez que se enseñan los contenidos de sus materias respectivas.