Este libro se escribe a partir de la exploración de ocho municipios del Estado de Puebla, México. Lugares donde se retoma el concepto de eco, de la reflexión sonora que tras chocar con alguna superficie regresa hacia su emisor, este movimiento, ir y venir que no se separa del todo de su fuente, pero tampoco es el mismo. El eco es dar cuenta de que no son sólo facetas o roles con los que cumplimos en los distintos momentos de nuestra vida, sino que hay otros factores en donde nos vamos quedando, en donde vamos dejando algo de nosotros, en donde nos reflejamos y, por ende, también somos la superficie reflectora que permite el devenir de alguien más, de algo más. En este texto, los paisajes que habitamos no son sólo el medio que nos permite desenvolvernos, son también los espacios que volvemos nuestros, que nos envuelven, que nos vuelven suyos, de este volverse dentro de él, devenirse parte de uno y del otro, y por tanto uno y por tanto de todo.