Las intervenciones en primera infancia se han convertido en una prioridad de salud pública. La Unicef ha planteado que el desarrollo en la primera infancia debe ser una prioridad mundial: "un niño mal nutrido y alimentado, si no se le estimula adecuadamente y no se le protege contra la violencia, su desarrollo queda gravemente afectado, a veces irreversiblemente". En este contexto, el programa Base Segura es un aporte con relevancia social ante la acuciante urgencia por fortalecer el desarrollo en la primera infancia en contextos vulnerables. Permite a las madres incrementar su capacidad para responder adecuadamente a las necesidades de sus hijos. Este programa ofrece a los trabajadores e instituciones en salud una herramienta eficaz para mejorar el desarrollo en los niños y consolidar competencias de cuidado necesarias para que los niños se sientan suficientemente seguros para enfrentar el contexto social.