El libro Educación situada y valores en disputa se plantea como un diálogo, entre el saber sabio y el alma docente, para dar cuenta de la enorme necesidad que se tiene, en el mundo contemporáneo, de asumir la educación como una oportunidad para que las personas y sus contextos se sitúen en el centro de las discusiones relevantes. En este sentido, también se presenta como una invitación a sentipensar la educación como producción cultural situada que produce personas educadas de múltiples maneras en el entrecruce de experiencias, saberes y sabedores instituidos e instituyentes; todo ello en el marco de procesos y estructuras sociales tensionadas entre la dominación y la resistencia, el orden y el caos, la intencionalidad lúdica y la emergencia paidíica; además, una producción inmersa en las disputas en torno al valor, al valor de la vida, al valor de las cosas, al valor de las personas y de las relaciones, así como al valor de lo que hacemos, de lo que sentimos, de lo que pensamos, de lo que producimos y de lo que aprendemos.