Una residencia geriátrica es el escenario donde se cruzan los caminos de la vida de Manuel y Jesús. Algo más lúcidos que la media de los inquilinos del lugar, su encuentro se orquesta en medio del estado de alarma y el confinamiento del covid-19 (y su escape del lugar para intentar solucionar el desaguisado en la familia de Manuel). Con el humor como bandera y con los Diálogos de Platón como referencia, Manolón o apología de un sofista construye un paralelismo entre sus personajes y la Grecia de Sócrates y el final de la guerra del Peloponeso —período difícil, mas no apocalíptico— y hace ardua la tarea de no reírnos de nosotros mismos. Las aventuras que protagonizan los ancianos reúnen mucho de quijotesco y retratan los tiempos actuales y cómo los asumen las distintas generaciones. Abuelos y nietos, hijos y padres... Adicciones, intereses económicos, gente no tan común... Cada generación podrá reconocerse en estas páginas, cuestionarse, reír de sí misma. En palabras del autor: «¡Vive hoy, que algo queda!». La vejez es divertida cuando no se trata con solemnidad ni se la deja en soledad.