Escribí para no olvidarme de quién fui, de lo que me dolió, de lo que me reconstruyó. Y, sobre todo, para recordar lo que soy capaz cuando me animo a mirarme sin disfraz. Escribí porque necesitaba contar mi historia antes de que se me atragantara para siempre. Porque callar me pesaba más que todo lo vivido. Este libro es mi forma de honrar cada una de mis versiones: la niña que soñaba con brillar, la adolescente que amó hasta perderse, la mujer que se parió sola en medio del dolor, la madre que se volvió invisible para el mundo, la profesional que se animó a empezar de nuevo, con tres hijas y una fe tremenda en su fuerza. Todo lo que está escrito aquí salió de mi verdad. Sin adornos. Sin máscaras. A veces con miedo, muchas veces con lágrimas y siempre con el deseo de dejar huella. Y si en el camino toca algo tuyo, aunque sea un poquito, ya valió la pena. Gracias por entrar conmigo, en voz baja, a este pedazo de mi vida. Te doy la bienvenida a mi historia de amor, de miedos, de frustraciones y mi maternidad real.