Con los ojos cerrados  no es una novela rural al uso, ni una novela familiar ni estrictamente intergeneracional; y, sin embargo, es todo ello a la vez. Una historia sobre lo que se hereda sin querer, y lo que se olvida sin saber. Una novela que pone en juego el sentido de pertenencia, la herencia ideológica, la fragilidad masculina y la incomodidad del privilegio. La vida de Iván cambiará ese verano: adolescente extranjero en su propia vida, se refugia en su música para dejar pasar su historia familiar. Sin embargo, a su alrededor, la vida combativa de su abuelo Antonio, las convicciones de clase de sus padres, Manuel y Carmen, y la presencia de quienes trabajan la tierra de sol a sol dibujan un mapa de tensiones invisibles que lo harán enfrentarse por primera vez al significado de la palabra injusticia. En ese cruce de generaciones laten preguntas incómodas: ¿Qué significa pertenecer? ¿Qué herencias nos moldean, incluso cuando intentamos rechazarlas? ¿Hay algo por lo que luchar hoy día?  Con los ojos cerrados  es una novela intensa sobre los vínculos que nos atan, los privilegios que incomodan y la posibilidad de encontrar humanidad en medio de la derrota. Una historia que no ofrece redenciones fáciles, pero abre una grieta por la que se cuela la posibilidad de la aceptación.