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El petróleo en Venezuela
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El petróleo en Venezuela. Una historia global constituye la primera historia panorámica del petróleo en Venezuela y busca ofrecer una visión de conjunto sobre este tema, tan preterido en su estudio como determinante para nuestro país, por tratarse del producto que desde hace ya más de un siglo proporciona al fisco nacional el porcentaje más alto de sus ingresos en divisas y por tratarse, en consecuencia, de la principal fuente de riqueza del Estado. Si bien es cierto que a partir de 1914, con el pozo Zumaque I, el petróleo comenzó a percibirse como una fuente de ingresos para el país, fue con Los Barrosos 2 cuando se confirmó la presencia de grandes yacimientos en la cuenca de Maracaibo. Ya para 1928 la exportación de petróleo superaba la de café, de modo que Venezuela dejaba atrás su vocación agrícola y el crudo se adueñaba de su futuro. Ese hecho ha tenido consecuencias económicas, políticas y culturales de primer orden, pues aquella montaña de ingresos que comenzó a percibir el Estado fue perfilando una manera de ser y una conducta: la de un Estado que percibe una renta como quien vive sin trabajar y la de una población que percibe al Estado como deudor y a la sociedad como acreedora de la renta petrolera. En este sentido, una conclusión –entre las muchas que deriva el autor de este estudio y que la actualidad corrobora– sostiene que nada bueno se extrae de percepciones que apuntan a que la riqueza no es fruto del trabajo, sino de una afortunada circunstancia geológica.

El petróleo en Venezuela. Una historia global constituye la primera historia panorámica del petróleo en Venezuela y busca ofrecer una visión de conjunto sobre este tema, tan preterido en su estudio como determinante para nuestro país, por tratarse del producto que desde hace ya más de un siglo proporciona al fisco nacional el porcentaje más alto de sus ingresos en divisas y por tratarse, en consecuencia, de la principal fuente de riqueza del Estado. Si bien es cierto que a partir de 1914, con el pozo Zumaque I, el petróleo comenzó a percibirse como una fuente de ingresos para el país, fue con Los Barrosos 2 cuando se confirmó la presencia de grandes yacimientos en la cuenca de Maracaibo. Ya para 1928 la exportación de petróleo superaba la de café, de modo que Venezuela dejaba atrás su vocación agrícola y el crudo se adueñaba de su futuro. Ese hecho ha tenido consecuencias económicas, políticas y culturales de primer orden, pues aquella montaña de ingresos que comenzó a percibir el Estado fue perfilando una manera de ser y una conducta: la de un Estado que percibe una renta como quien vive sin trabajar y la de una población que percibe al Estado como deudor y a la sociedad como acreedora de la renta petrolera. En este sentido, una conclusión –entre las muchas que deriva el autor de este estudio y que la actualidad corrobora– sostiene que nada bueno se extrae de percepciones que apuntan a que la riqueza no es fruto del trabajo, sino de una afortunada circunstancia geológica.
  • Formato
    Ebook
  • Estado
    Nuevo
  • Isbn
    9788416687862
  • Peso
    1.7 MB
  • Número de páginas
    400
  • Idioma
    Español
  • Formato
    EPUB
  • Protección
    DRM
  • Referencia
    BKW5814

Rafael Arráiz Lucca

Autor

Rafael Arráiz Lucca, Caracas (1959). Profesor principal de carrera de la Universidad del Rosario (Bogotá) y profesor titular de la Universidad Metropolitana (Caracas). Individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua. Abogado (UCAB, 1983). Especialista en Gerencia de Comunicaciones Integradas (Unimet, 2002). Magíster en Historia de Venezuela, «Summa Cum Laude» (UCAB, 2006). Doctor en Historia (UCAB, 2010). Premio de Poesía de Fundarte (1987), Premio Municipal de Poesía de Caracas (1993), Premio Monseñor Pellín al mejor articulista de opinión del año (1999) y Premio Henrique Otero Vizcarrondo del diario «El Nacional» al mejor artículo de opinión del año (2001). Se ha desempeñado como Jefe de Redacción de la revista «Imagen» (1985-1989), Subdirector de la Galería de Arte Nacional (1989), Presidente de Monte Ávila Editores Latinoamericana (1989-1994), Director General del Consejo Nacional de la Cultura (1994-1995) y Presidente de la Fundación para la Cultura Urbana (2000-2010). Ha sido investigador en el lnstituto de Estudios Avanzados (IDEA); Visiting Fellow en Ia Universidad de Warwick (1996) y titular de la Cátedra Andres Bello del Saint Antony's College de la Universidad de Oxford (1999-2000). Se desempeñó como decano-director del Centro de Estudios Latinoamericanos Arturo Uslar Pietri de la Universidad Metropolitana (2006-2010). El Gobierno de España le otorgó la Orden Isabel La Católica, en grado de Comendador (2007).