Este libro hace un transcurso sensible y afectuoso por algunos espacios de nuestra ciudad que poseen tales calidades, un recorrido exploratorio pero letrado, parcial pero profundo. Quizás es más bien un preámbulo de viaje, que motivará a los lectores a salir a conocer los edificios aquí desplegados. No representa un itinerario con llegada, ni siquiera una secuencia con alguna lógica más allá de la cronológica. Sin un destino final categórico conforma una expedición para el disfrute y el aprendizaje, para la fruición de la buena arquitectura en variados tiempos y sin prejuicios ni dogmas prefijados. (Carlos Niño Murcia)