El trabajo pionero que la investigación de los teólogos moralistas ha realizado con un gran sentido de la responsabilidad encuentra un amplio reconocimiento por parte de políticos católicos y obispos. Sin embargo, ciertos contextos eclesiásticos institucionales recelan o rechazan esta labor. Esto afecta a cuestiones como la moralidad libremente asumida como obligación, la consciencia de la culpa y el grado de fijación e inmutabilidad de las normas concretas, la autoridad del magisterio, la libertad científica y la comunicación eclesial. Teólogos moralistas de gran prestigio comentan aquí esta situación tomando como punto de partida la encíclica Veritatis splendor (1993).