Este libro analiza la situación, el papel y la importancia del campesinado en la era de la globalización, especialmente de los mercados agrarios y de la industria alimentaria. Sostiene que la condición de campesino se caracteriza por una lucha por la autonomía que se manifiesta por la creación autogestionada de los recursos en un marco de desarrollo sostenible. En tal sentido, las formas de actuar agrícola difieren fundamentalmente de los métodos empresariales y corporativos. El autor demuestra que el campesinado está lejos de desaparecer. Por el contrario, tanto los países en desarrollo como los industrializados son testigos de complejos y accidentados procesos de -recampesinización-.