¿Cuáles dirían ustedes que son las cosas más importantes que la educación superior tiene que cultivar en sus alumnos? Unos votarían por una educación centrada en la productividad, una educación que construya buenos trabajadores, que indique cómo hacer empresa, pagar impuestos y llevar las cuentas de la casa y la vida personal. Otros, votarían por una educación que desarrolle el pensamiento crítico, el conocimiento de la historia, el arte y las dinámicas de la sociedad. Pero, ¿cuál sería el valor en este segundo tipo de educación? Si todo parece indicar que, en nuestra actualidad, las humanidades carecen de valor utilitario ya que la meta final de la educación debe ser un trabajo bien pagado, ni más, ni menos.

Sin embargo, el propósito de la educación no debería estar sesgado por su capacidad de volvernos, o no, personas productivas en el sistema social. Sobre todo porque, para que la educación superior sea integral, esta no puede estar orientada a adquirir ciertas habilidades, sino a desarrollar de manera íntegra la mente. Las humanidades, como lo son los estudios en lenguaje, filosofía, artes o historia, entre otras, son indispensables. No solo porque las personas no pueden relacionarse con el mundo a su alrededor sin una imaginación narrativa, como la nombra Martha Nusbbaum en su libro “Sin fines de lucro”, sino también porque las humanidades hacen posible el pensamiento crítico. Después de los estudios universitarios, una persona se beneficiaría de saber asesorar su realidad, cuestionarla, conocer las estructuras para pensar, para discutir, para renovar. Sino, la universidad solo estaría dándole instrucciones a una máquina, no formando a un ser humano para que, justamente, explore su humanidad.

“El logro viene a equivaler a la clase de cosas que una máquina bien planeada puede hacer mejor que un ser humano, y el efecto principal de la educación –la construcción de una vida plena de significación– queda al margen.”
John Dewey, Democracia y educación, 1915

No hemos superado la utilidad, ni la necesidad de las humanidades. A pesar de que el papel que habían tenido los humanistas en el pasado, de crear maneras de entender el mundo, ha sido asumido por ‘expertos’ técnicos, como empresarios e ingenieros. Tal vez por eso mismo, merecemos darle mayor valor a las humanidades, como un punto de resistencia y diferencia contra las tendencias utilitarias, que nos repiten que sólo lo que es útil a la producción o al consumo es válido, ya sea en nuestra carrera, nuestras relaciones o nuestra auto-percepción. Más que todo en la educación superior es donde tenemos que encontrar una oposición a ese convencimiento y en los libros que nazcan de ella, en las editoriales universitarias, sus investigaciones y aportes. Qué mejor lugar que la universidad para explorar el ser, sus posibilidades y capacidades críticas. La educación universitaria es el momento oportuno para redefinir la vida más allá de una vida netamente productiva y advertir cómo el pensamiento, la historia y el arte crean nuevas realidades y se generan nuevas maneras en la que se entiende la vida, mucho más lejos de una realidad útil y productiva.

Para continuar este viaje que reafirma los caminos de las humanidades en la universidad, hoy miércoles 22 de junio nos acompaña Diana Patricia Carmona Hernández en nuestro programa de radio y podcast Cartografías Editoriales. Diana, es Psicóloga y magíster en Investigación Psicoanalítica de la Universidad de Antioquia. Es docente ocasional de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia. Es la editora del Fondo Editorial FCSH, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Antioquia. Este Fondo Editorial se enfoca en publicar libros que divulguen ampliamente el conocimiento, con una mayor visibilidad y acercamiento de todos a la vida académica, a esa vida crítica y honesta de las humanidades.

¿Nos acompañan? Hoy a las 8:00 p.m. por la HJUT 106.9 FM Bogotá o pueden conectarse online

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¿Quieren saber más? Estas son las canciones y libros que acompañan esta ruta editorial…

Un escenario de diálogo e intercambio de saberes, concepciones, experiencias y formas operativas en materia de apropiación social de conocimiento (ASC). Desde las experiencias que se reseñan en el texto, emerge la promoción de redes posibilitadoras de articulaciones necesarias entre conocimientos científicos y saberes populares e institucionales.

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La investigación cualitativa es inagotable por dos razones: es reiterativa y no se agota en sus respuestas, siempre hay nuevas formas, nuevas dimensiones, nuevos argumentos para reflexionar e intentar responder. Estos ensayos denotan el carácter reflexivo de la investigación cualitativa, de su estado inacabado y abierto a la discusión.

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