«Nada aliviará su desaparición y nada impedirá que viva en estas páginas», escribió Juan Villoro en la edición póstuma de una de las novelas del escritor payanés Johann Rodríguez-Bravo, fallecido en 2006 a la edad de veinticinco años. Esa frase define lo que es Semilla hecha selva, la compilación de la obra narrativa de ficción y no ficción de un autor que, pese a su juventud, empezaba a trazar un camino literario que se antojaba promisorio. En ese sentido, Andrés Mauricio Muñoz, prologuista de este libro, manifiesta: «Durante todos estos años he pensado que con su muerte se fue también buena parte de la literatura colombiana que no llegó a escribirse». Pero en lo que escribió –en lo tangible, en los universos y personajes creados– es posible valorarlo a plenitud como el escritor que es, como la semilla que se convirtió en selva y quería seguir desbordando. Esta edición incluye las novelas Ciudad de Niebla y Seis versiones sobre Ernesto Varona; los cuentos de Aquella vida de mago y Metafísica del asesino; los minicuentos de La ardilla de Newton, dos crónicas periodísticas, y su diario personal, que Posteris Lvmen ha titulado, con palabras del propio autor «El limbo de los inconformes».