Este libro vino al mundo en 1964, cuando Eduardo Caballero Calderón había publicado sus grandes libros sobre desposeídos e injusticia nacionales, el caso de -Cartas colombianas- (1949), -Cristo de espaldas- (1952) o -Siervo sin tierra- (1954) que hurgaban la iniquidad y la violencia y que por lo mismo marcaron una distancia con las familias feudales a las que pertenecía. En esa segunda mitad del siglo XX el futuro estaba tan cerca que casi se podía tocar mientras que el pasado se perdía definitivamente. En este momento de madurez, en la segunda mitad de su vida, despierta Caballero Calderón el impulso de escribir sobre su infancia, sobre el largo sueño de su infancia feliz.