El libro propone un análisis del surgimiento del pensamiento como sistema lógico, su funcionalidad en la organización del entorno, y su evolución hacia formas colectivas de gestión como la administración pública. Desde una perspectiva transdisciplinaria, se examina la influencia inadvertida de esta arquitectura institucional en el colapso sistémico global. La obra indaga cómo la persistencia de estructuras verticales de poder —sostenidas por lógicas de visibilidad y exclusión— contribuye a la degradación ambiental y obstaculiza la transición hacia modelos más horizontales y habitables.