Para que la democracia exista no basta con votar cada cuatro años, la democracia se vive, se escucha, se cuida, se comparte. Qué mejor momento que el presente para preguntarnos, desde múltiples voces y lenguajes, qué significa hoy convivir en la diferencia, mantener la dignidad, resistir la opresión y ser verdaderamente ciudadanos. 

Por eso nos preguntamos, ¿cómo hemos habitado la democracia?, ¿a quiénes hemos dejado fuera de esta conversación? La memoria –de luchas, ausencias, cuerpos– se vuelve una herramienta para mantener visible lo invisible, y para imaginar otros futuros posibles, donde el reconocimiento del otro no sea una amenaza, sino la base de la convivencia. Ya lo decía nuestro amigo, y uno de los fundadores de Siglo, Ángel Nogueira Dobarro: “El ser humano ha de reconocer su profunda ambigüedad, el salto cualitativo que supone hablar, conversar, disponer de múltiples lenguajes para conocer la realidad y elaborar su propia conciencia, idear visiones que, a su vez, iluminan y ciegan”. 

En la FILBo de este año comenzamos esta conversación. Nuestro cuerpo no está solo, sino que vive en comunidad, en relación con otros cuerpos que también importan. Aunque individuos, habitamos un mundo en común donde el vínculo con los otros sostiene la posibilidad de vivir con dignidad: somos un movimiento de un cuerpo plural para la democracia. Ser ciudadano es también un llamado a no ser indiferente, a no mirar desde la orilla mientras se repiten las violencias. La democracia se construye en la capacidad de cuidar la vida, resistir la opresión y elegir, aún en el silencio, estar presentes.

Los libros como vehículo de democracia

Desde Siglo, le apostamos a que leer es un deber ciudadano, pues quien lee, reconoce, y quien reconoce, actúa. Frente al silencio, frente al olvido, la pregunta parece permanecer: ¿qué hacemos cuando todo eso sucede a nuestro alrededor? La democracia no se hereda, sino que se construye, se defiende y, sobre todo, se imagina. 

Leer sobre la opresión –sobre quienes han resistido, sobre las formas en que se ha negado y recuperado la dignidad– es una manera de comprender que la democracia no está garantizada. La lectura abre espacios de empatía y reflexión; nos permite ver más allá de nuestra experiencia y reconocer historias que han sido silenciadas.

Para propiciar y acompañar discusiones, proponemos una selección de libros de nuestro catálogo para cultivar ese vehículo. Con ellos sugerimos diferentes perspectivas para concebir las sociedades democráticas, y pensar la ciudadanía como una forma de lectura atenta del mundo. Además, queremos complementar estos libros con historias donde los personajes han resistido a escenarios de opresión y han vuelto de la escritura una forma de transgredir fronteras sociales.

 Conocer la selección

El camino para discutir la democracia

Hace dos semanas, en Cartografías Editoriales conversamos con el representante del Grupo Contexto en Colombia, Alejandro Villate, sobre el poder de las historias que reconocen las diferencias, atraviesan las fronteras, y narran la opresión. A través de cinco libros de las editoriales Impedimenta, Periférica, Libros del Asteroide, Sexto Piso y Nórdica, descubrimos cómo la escritura puede ser una purga, un testimonio, una declaración.

El segundo programa, que será emitido el próximo 30 de julio por la HJUT 106.9 FM, contará con la participación de la abogada, profesora y directora académica de la Colección Justicia & Conflicto que une a Siglo Editorial y la Universidad Eafit, Gloria María Gallego García. La conversación girará en torno a un tema esencial: el libro como herramienta contra el totalitarismo. Allí aportaremos a esta gran discusión pensando cómo las ideas, cuando circulan, desafían la fuerza opresora; cómo la escritura y el pensamiento mantienen viva la posibilidad de una democracia real. El programa se transmitirá el miércoles 30 de julio a las 8:00 pm y el sábado 2 de agosto a las 11:00 am por la HJUT 106.9 FM.

 Conectarse aquí 

La música como vehículo de participación ciudadana

Las ideas, los libros y la música tienen algo en común, y es que todos nos ofrecen formas de narrar el mundo, de entenderlo y de transformarlo. Así como la lectura permite imaginar otras formas de convivir, y las voces en los testimonios nos invitan a escuchar lo que muchas veces se ha querido callar, la música también crea comunidad, despierta la memoria y moviliza emociones que nos conectan con otras personas. 

Por eso, desde Siglo armamos la playlist ¿A qué suena la democracia?, con canciones que recorren luchas, esperanzas, silencios y resistencias. Porque también desde el ritmo, desde las letras y desde los cuerpos que escuchan, se construye lo común. Esperamos que escucharla sirva de acompañamiento en el acto cotidiano de imaginar una democracia más viva. 

Esta no será la última vez que hablemos de democracia, pues se trata de un acto de ciudadanía que nos afecta todos los días. Nuestros canales digitales, tanto página web como redes sociales, seguirán nutriendo esta discusión que es siempre necesaria.